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Las paredes que dan al exterior de una vivienda son las que más expuestas están a los cambios de temperatura y, por lo tanto, las que más impacto van a tener en la temperatura interior de una vivienda. Por eso, si quieres que tu casa tenga una temperatura agradable durante todo el año, es aconsejable aislar térmicamente estas habitaciones.
Un trabajo que merece la pena para conservar el calor y mantener cualquier estancia en unas condiciones agradables de temperatura. Tanto para habitaciones particulares y viviendas, así como para salas y ambientes profesionales con un control alto de calidad.
El primer paso es elegir el aislante que se va a utilizar para la cobertura. Existen una gran variedad de tipos de aislantes y todos ofrecen unos resultados excelentes. Estos aislantes están fabricados con materiales de gran calidad, y especialmente diseñados para este cometido. La elección de uno u otro dependerá del tamaño de la habitación que se quiera aislar, los principales aislantes que recomendamos desde Entaban son:
Realizar la instalación del aislante térmico es más sencillo de lo que podría parecer en un primer momento. Los materiales y herramientas que necesitas para realizar la instalación del aislamiento térmico son: taladros, grapadoras, tijeras, yeso, lamas de friso, martillo, brocas y remates. Una vez que ya tienes a tu disposición todos los materiales es hora de empezar la instalación del aislamiento.
El aislante siempre se empieza a colocar por el suelo de la habitación. Por eso, el primero paso debe ser quitar los rodapiés de la habitación. Además, también hay que retirar las bases de los enchufes, por lo que no olvides quitar la corriente eléctrica.
Una vez retirados todos los rodapiés se puede empezar a colocar el aislante. Siempre hay que empezar desde un extremo de la habitación y acabar en el contrario. El aislamiento térmico se une a la pared por medio de grapas. Por lo que para conseguir una mayor fijación recomendamos el uso de una grapadora eléctrica. Después de fijar una pieza, el extremo de la siguiente debe ir superpuesto al anterior para, de esta forma, evitar posibles aperturas en el aislamiento.
Después de terminar la instalación del aislante hay que retirar todo el material sobrante de las uniones entre las placas. Así mismo, se deben hacer aperturas en las zonas destinadas a los enchufes y corriente eléctrica para poder instalarlos de nuevo.
El siguiente paso es colocar los rastreles a lo largo de toda la pared en la que se ha realizado la instalación térmica. Los rastreles se colocan desde el suelo hasta el techo, dejando entre 40 y 50 centímetros entre las hileras. Además, dentro de la propia hilera es aconsejable dejar un pequeño espacio entre los rastreles para que pueda pasar el aire.
El último paso es ocultar el aislamiento, esto se puede hacer de dos formas, dependiendo del resultado final que quieras conseguir. La primera de ellas es mediante la colocación de láminas de madera a lo largo de toda la pared, y la otra opción es emplear yeso y pintar la pared para conseguir un diseño uniforme.
Como puedes ver, la instalación del aislamiento térmico es una tarea muy sencilla y que no requiere realizar ningún tipo de obra.