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El acuchillado o lijado de un parquet es un proceso que busca restaurar su aspecto original, eliminando capas desgastadas, arañazos, manchas y otras imperfecciones que se acumulan con el tiempo. Este procedimiento es indispensable para devolver el brillo y la vida a un suelo de madera y extender su vida útil. Vamos a tratar los principales aspectos sobre cómo realizar este trabajo, qué herramientas y materiales se necesitan, y si es recomendable hacerlo por cuenta propia o recurrir a un profesional.
Cuando hablamos de lijar parquet, la elección del grano de la lija es crucial para obtener un buen acabado. El grano de la lija se refiere al tamaño de las partículas abrasivas en la superficie de la lija, y existen diferentes tipos que varían en función de la etapa del proceso de lijado.
Lijar el suelo de parquet uno mismo es una tarea completamente posible, siempre y cuando cuentes con las herramientas y suministros adecuados, además de estar dispuesto a dedicar tiempo y esfuerzo al proyecto. Al hacerlo tú mismo, no solo puedes ahorrar en mano de obra, sino también disfrutar de la satisfacción de renovar el parquet con tus propias manos.
Con la lijadora apropiada, las lijas correctas y los productos de acabado adecuados, es posible conseguir un resultado muy profesional. No obstante, es importante ser consciente de que el proceso requiere cierta habilidad y paciencia. Si bien no es una tarea complicada, sí es fundamental seguir los pasos adecuados para evitar daños en el suelo.
El uso correcto de la lijadora es fundamental para lograr un acabado uniforme y libre de imperfecciones. Además, es necesario trabajar en un espacio bien ventilado y proteger las áreas cercanas del polvo generado. Aunque el lijado del parquet puede llevar tiempo y esfuerzo físico, con los suministros correctos y un poco de planificación, cualquier persona con ganas de aprender puede obtener excelentes resultados. Si te preparas adecuadamente y utilizas los productos adecuados, puedes transformar tu suelo y devolverle su aspecto original.
Lijar un suelo de parquet no solo es una cuestión de estética, sino también de mantenimiento. Este proceso debe realizarse de manera meticulosa para garantizar un resultado uniforme y profesional. Por ello, vamos a explicar detalladamente cada paso del proceso, con recomendaciones adicionales para evitar errores comunes.
Antes de comenzar con el lijado, es fundamental preparar la habitación adecuadamente:
Antes de empezar, también es importante revisar el estado del parquet para asegurar que no haya irregularidades que afecten al proceso:
El primer paso del lijado implica eliminar la capa superior del barniz o cualquier otro acabado anterior. Para esta fase, se recomienda utilizar una lija de grano grueso, entre 24 y 40, dependiendo del nivel de deterioro del parquet.
El siguiente paso es suavizar el suelo utilizando una lija de grano medio, generalmente entre 60 y 80. Esta fase elimina las marcas dejadas por la lija gruesa y empieza a perfeccionar el acabado de la madera.
El último paso en el proceso de lijado implica el uso de una lija de grano fino (100 a 150) para conseguir un acabado suave y listo para recibir el barniz o tratamiento final. Esta fase requiere un trabajo delicado y minucioso:
El polvo generado durante el proceso de lijado es considerable, y eliminarlo es una de las tareas más importantes antes de aplicar cualquier producto de acabado:
Con el parquet perfectamente lijado y limpio, es el momento de aplicar el lubricante industrial. Existen diferentes opciones para sellar el parquet:
Aplica el producto elegido siguiendo las instrucciones del fabricante y deja secar el tiempo recomendado antes de volver a colocar los muebles.
La elección de la lijadora adecuada es fundamental para conseguir un buen acabado. Existen diferentes tipos de lijadoras que pueden utilizarse según la fase del proceso y el tipo de suelo:
En definitiva, restaurar un suelo de parquet es una tarea compleja que puede resultar gratificante si se realiza correctamente. Contar con el equipo adecuado y seguir un proceso organizado es imprescindible para obtener buenos resultados. Aunque es posible hacerlo por cuenta propia, la experiencia y el manejo correcto de las herramientas juegan un papel importante para evitar errores. Si el proceso parece abrumador, siempre se puede recurrir a un profesional para asegurar un acabado impecable y evitar complicaciones.