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La madera de exterior enfrenta desafíos únicos por su exposición constante a los elementos naturales. Una protección adecuada no solo preserva su funcionalidad, sino que también resalta su belleza natural. A continuación, descubrirás las mejores técnicas, productos y consejos para garantizar su durabilidad.
La madera que se utiliza en exteriores está expuesta a factores climáticos que pueden desgastarla con rapidez si no se protege de forma adecuada. Identificar las soluciones más efectivas es importante para evitar problemas como grietas, deformaciones o pérdida de color.
La combinación de productos y técnicas que forman una barrera contra la humedad y los rayos solares es clave para preservar la madera. Asimismo, es necesario elegir métodos que se adapten al tipo de madera y a las condiciones específicas del entorno, asegurando una protección duradera.
Proteger la madera de exterior implica más que aplicar un producto; requiere una estrategia integral para reforzar su resistencia ante el desgaste. El tratamiento más adecuado depende de factores como el tipo de madera, el uso previsto y las condiciones climáticas del lugar.
Los selladores son decisivos para proteger la madera en ambientes húmedos o con lluvias frecuentes, ya que crean una película impermeable que bloquea la entrada de agua. También reducen la posibilidad de que se desarrollen hongos o moho en la superficie de la madera. Para obtener mejores resultados, es importante aplicar varias capas y realizar mantenimientos periódicos según las condiciones ambientales.
Los lasures ofrecen una protección versátil, ya que penetran en la madera sin formar una capa gruesa en la superficie. Esto permite que el material respire, reduciendo la acumulación de humedad y previniendo daños estructurales. Son una opción popular por su combinación de protección y acabado natural.
Otra ventaja de los lasures es que facilitan las renovaciones, ya que no requieren lijado previo para reaplicar el producto. Este tipo de tratamiento es especialmente útil en climas con cambios de temperatura bruscos, donde la madera puede expandirse y contraerse.
Proteger la madera de exterior implica más que aplicar un producto; requiere una estrategia integral para reforzar su resistencia ante el desgaste. El tratamiento más adecuado depende de factores como el tipo de madera, el uso previsto y las condiciones climáticas del lugar.
Los barnices marinos proporcionan una protección robusta frente a condiciones climáticas severas, como la exposición prolongada al agua salada o la humedad extrema. Su acabado brillante también mejora la apariencia de la madera, haciéndola más atractiva y duradera.
Sin embargo, los barnices requieren un proceso de aplicación más detallado, ya que es fundamental aplicar múltiples capas para garantizar su efectividad. Son ideales para estructuras como pérgolas, muebles de jardín y elementos decorativos en exteriores.
La combinación de lluvia y sol es una de las principales causas de deterioro en la madera expuesta. Antes de aplicar cualquier tratamiento, es importante preparar bien la superficie para que los productos protectores cumplan su función. Una hidrolimpiadora industrial, como las que ofrece Entaban, es una excelente opción para eliminar suciedad, polvo y restos de tratamientos previos. Este paso asegura que la madera esté limpia y lista para absorber los protectores UV o los selladores que ayudarán a combatir los efectos de la lluvia y el sol.
Para prolongar la vida útil de la madera en exteriores, es importante adoptar prácticas preventivas que reduzcan el desgaste y mantengan su apariencia original. Aquí tienes algunas recomendaciones clave para proteger la madera de exterior:
La madera de exterior requiere cuidados constantes para enfrentar los desafíos que presenta su exposición a la intemperie. Con una combinación de productos protectores adecuados y un mantenimiento regular, es posible mantenerla en excelentes condiciones durante años. Implementar estas prácticas asegura que la madera continúe siendo un elemento funcional y decorativo en cualquier espacio al aire libre, resistiendo eficazmente los efectos del clima y el tiempo.