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Existen numerosas técnicas y procedimientos que se usan para limpiar una superficie o fachada. Entre ellas, una de las más efectivas y que tiene un gran protagonismo a nivel industrial es la limpieza con chorro de arena. ¿Qué es? ¿En qué consiste? La técnica del arenado, chorreado abrasivo o granallado, consiste en el uso a presión de arena, o cualquier otro tipo de abrasivo, con el objetivo de eliminar restos de pintura y óxido en determinadas zonas.
Lo más habitual es que con esta técnica se utilice la arena como material básico. Se recomienda su uso sobre todo para trabajos de decapado de pintura o en limpieza de todo tipo de superficies, maquinarias u objetos. Hay que tener en cuenta que dependiendo de la zona que va a ser tratada se deberá escoger un grano mucho más fino o grueso. Una correcta selección permitirá una eliminación completa de todas las imperfecciones.
Las arenadoras, o equipos de chorreado de arena, están conformados por tres elementos claves: un compresor, un tubo abrasivo, y una pistola neumática manual. Dependiendo del fabricante estos equipos serán más completos y dispondrás de capacidades más productivas o precisas. Se trata de una maquinaria que siempre debe ser utilizada por profesionales y personal técnico industrial.
Cuando se trata de limpiar superficies, este tipo de técnica suele ser la más recurrente. Sobre todo debido a su efectividad y profundidad para eliminar todas las imperfecciones y consiguiendo unos resultados óptimos y duraderos. Es capaz de devolver una fachada u objeto a su mejor estado, eliminando los restos de pintura y acabando con el óxido en cualquier superficie metálica. Es una herramienta imprescindible para todo tipo de trabajos de limpieza, tanto metálicas, madera, o para trabajos de rehabilitación y mantenimiento.
¿Y por qué se consiguen estos resultados? La limpieza con chorro de arena consiste en expulsar arena a una gran presión para aprovechar la velocidad de los granos de arena en limpiar cada milímetro de la superficie. Para dejar un material como nuevo se requiere tiempo en el uso de esta técnica.
Se trata de una de las técnicas de mayor efectividad, siendo una de las principales ventajas de esta técnica de chorro de arena en seco que no produce ningún daño al material y superficie sobre la que se aplica. Sin importar si se trata de materiales de gran dureza, como el metal o el hormigón, o frágiles como el vidrio, la función de chorro de arena permite eliminar y prevenir la oxidación, además de incrementar la resistencia de la superficie a la corrosión. El chorro de arena es, sin duda, uno de los métodos más efectivos para el mantenimiento, rehabilitación y restauración de superficies.