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Fabricar fertilizante natural es posible. Existen diferentes materiales con los que elaborarlo en el propio hogar. De esta forma, es posible reutilizar los desechos de una manera muy eficiente, se ahorra dinero y no se emplean los que tienen origen artificial. ¿Cómo producirlo? Lo descubrimos a continuación.
Cómo fabricar compost natural es más sencillo de lo que se suele creer. Basta con aprovechar materiales como el café, la harina, las cáscaras o el propio césped que se acaba de cortar. Así, se dispone de una buena cantidad de fertilizante para dar vida a un jardín.
Si se quiere preparar con café, hay que guardar los residuos y depositarlos en una bolsa de plástico. A la hora de aplicarlo al compost, debe estar completamente seco. Esto permitirá una mejor absorción por parte de la tierra. Este alimento contribuye a oxigenar el suelo del jardín y a fijar el nitrógeno, que será de gran ayuda para el crecimiento de las plantas. Esta es una forma simple de fabricar fertilizante natural.
En cuanto a la harina, hay que mezclarla con cal agrícola común y dolomítica. Con cuatro partes de harina, media de cal agrícola y otra media de dolomítica será suficiente. Se obtendrá un fertilizante que destaca por su potencia como abono orgánico. Es recomendable emplearlo una vez al año, después de la siembra de las plantas y regar la tierra tras la aplicación para potenciar el efecto.
Otro ejemplo es el compost que se puede elaborar con cáscaras. Las de huevo pueden convertirse en un excelente fertilizante por el calcio que contienen. De hecho, atesora propiedades que repelen las plagas. Para producirlo, es preciso triturar las cáscaras, realizar hoyos en la base de las plantas y colocarlas dentro. Secarlas y transformarlas en polvo es una alternativa de aplicación.
La principal de las ventajas de utilizar compost es que se contribuye a reducir la cantidad de materia orgánica que acaba en los vertederos. Constituye una forma eficiente de utilizar los desperdicios, los cuales serán degradados de forma natural. Servirá de alimento para una nueva generación de plantas, aportando así un granito de arena a la disminución de la basura que acaba en el medio ambiente.
Igualmente, reemplaza el uso de fertilizantes inorgánicos. Estos pueden contener elementos químicos peligrosos, tanto para las plantas como para los seres humanos. Además, componentes como el nitrógeno o el oxígeno están presentes en los desperdicios orgánicos generados. Por tanto, no sería necesario hacer uso de estos abonos.
Junto a esto, se rebajan los costes del transporte de los desperdicios. Si esta práctica se generaliza, no será necesario utilizar grandes flotas de camiones, lo que disminuye el empleo de gasolina y su impacto negativo en el medio ambiente. En definitiva, tanto las personas como la naturaleza salen ganando.
Estas son solo algunas formas de fabricar fertilizante natural, ya que disponemos de una amplia variedad de elementos a utilizar como abono, ya sean los restos del café o las cáscaras de los huevos. En ambos casos, obtendremos un excelente compost apto para ser empleado en huertos cuidando del medio ambiente.