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Comenzamos el blog con una curiosidad, Arquímedes fue el inventor de lo que, actualmente, conocemos como tornillo en el siglo III a.C. Lo ideó en un sistema de elevación de agua o de cereales. Lo colocó dentro de un cilindro hueco y lo hizo girar. Posteriormente, en el Renacimiento, se usó como un elemento de fijación, aunque la rosca se tallaba una a una, lo que suponía un problema. En el siglo XIX, durante la Revolución Industrial, fue cuando empezó la fabricación en serie de este material.
En la actualidad, la fabricación de los tornillos está menos valorada. Había muchas industrias en España dedicadas a realizar este tipo de material, pero, hoy en día, han tenido que cerrar la mayoría. Con el gran imperio del mundo chino en nuestro mercado, la calidad de los tornillos españoles ha pasado a un segundo plano, importando más el precio. La fabricación española no puede competir con la china, así que se ha rendido y casi todos los tornillos consumidos hoy son de China.
Asimismo, es muy fácil saber si un tornillo es de calidad o no. Para empezar, en un caja, igual no roscan ni la mitad. Los acabados tampoco están muy pulidos, ni trabajados. En teoría, lo que no tiene que variar es la calidad porque si pides 8.8 ó 12.9 tiene que ser así; pero nunca estamos del todo seguros.
El siguiente vídeo muestra el proceso de fabricación:
Acabo diciendo que es una pena que nos importe más el precio que la calidad de los productos. Por otro lado, en los tiempos que corren, en algunas cosas, sí que hay poco diferencia de calidad vengan de dónde vengan, pero en los tornillos sí. En nuestra web, apostamos por la mayoría de los productos nacionales, o como mucho de la Unión Europea. No sabemos si seremos los más baratos, pero sabemos que vendemos calidad. Con este lema, me despido hasta la semana que viene, esperando haber sido de ayuda para resolver el por qué unas cosas son muchos más caras que otras :)